Elegiste el jardín o el colegio, estás chocha, con la institución, la directora, el proyecto pedagógico, las actividades, las instalaciones... Hasta te tocó un grupo de chicos y padres estupendo. Y de pronto, la maestra hace o dice algo y...ZAS...¡se perdió la magia y te la querés comer cruda!
Bueno, respirá. No vayas con los tapones de punta. Todo se puede conversar. Te cuento lo que me pasó a mí.
En salita de tres había una seño amorosa, con nada más que buenas intenciones. Pero se le ocurrió, un día, que a mi nena -que es ultramenudita porque fue prematura y quedó en percentil tres- la iba a llamar "la CHIQUITITA". Entonces llegábamos re contentas al jardín y de pronto ella abría los brazos y gritaba: "Llegó mi CHIQUITITA!!!!". Sí, CHI-QUI-TI-TA, con todas las sílabas bien pronunciadas, utilizando un diminutivo para lo que ya, de por sí, es chiquito. Después se le ocurrió llamarla "MINI-MI", una especie de conjunción incomprensible entre MINI -o sea minúsculo- y MI, es decir, otra vez SU chiquitita.
Yo sabía que mi nena lo odiaba. Llegábamos de buen humor y con ganas, y en ese momento se le cambiaba la cara. Es que ella no quería ser la chiquita del grupo. Estaba en esa etapa -los tres años- en que los chicos quieren ser "grandes". No grandes como los adultos. Grandes como los nenes de tres años, que ya no tienen dos, ni usan pañales, ni toman en mamadera. Grandes. Nenes como otros nenes y no chiquitos como los bebés.
En fin, parece que a algunos maestros les faltó cursar Psicopedagogía 1. O comprarse el manual de Psicología-For-Dummies, en donde seguro alguna de estas cosas aparecen. En el momento en que los chicos están tratando de moldear su personalidad y construir su autoestima, no es bueno darles imágenes negativas de su persona. Mi nena seguramente estaba batallando porque no quería un ego chiquito, minúsculo.
Justo esta semana escuché a unas psicólogas en la radio que explicaban lo malo que es usar "etiquetas" para hablar de los chicos. Me gustó la metáfora de la etiqueta. Ellas decían: si le decís a un chico que es un "desordenado", eso parece formar parte de su persona y seguramente nunca va a poder ordenar nada en su vida. Tiene sentido. Es mejor decir, "el cuarto está desordenado" -separando al objeto en cuestión del sujeto que realizó la acción. Ahí tienen tarea para evaluar en casa cómo hablamos: seguramente muchos de nosotros metemos la pata alguna vez y decimos cosas así, hablando con etiquetas. Está bueno hacer el ejercicio de conscientizar esas cosas.
Y seños, por favor, ustedes que estudiaron para eso, no etiqueten a los chicos. Incluso con buenas intenciones se puede hacer mucho daño.
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