Mi nena de dos años prende la tele y me pide: IU-TU. Quiero sintonizar Diney Junior, por Cablevisión, y llora. Atino a prender los dibujitos de Netflix y sigue protestando. Ella quiere ver Youtube. ¿¿¿Cómo sucedió esto??? ¿¿¿En qué momento me descuidé y de pronto tengo una web-adicta que a duras penas puede hablar pero ya pide ver videos online??? ¿¿¿Es que esta pioja que no llega al metro de altura va a decidir cuáles son sus consumos culturales???
Pero después de despacharme con ganas contra todos estos modelos de infancia 2.0, pienso. Guerras contra las nuevas tecnologías hubo siempre. En la década del cincuenta, en los Estados Unidos, proliferaron las asociaciones de padres que se levantaban contra los "males" que producía en los niños la nueva televisión. Era más fácil, por supuesto, culpar a la tecnología que hurgar dentro de cada familia y ver qué pasaba con cada uno de esos niños, hijos de la posguerra. El mito del "monstruo electrónico" (así lo llamaron algunos sociólogos) perduró a través del tiempo y se extendió, con el paso de las décadas, hacia los videojuegos, el celular e Internet. Es que las nuevas tecnologías causan miedo. Especialmente en los padres, cuando no sabemos qué pueden llegar a hacer nuestros hijos con ellas. Pero, sincerémonos: ¿por cuánto tiempo podemos prohibírselas, si ellos ven que están a su alcance porque nosotros mismos las usamos?
Yo creo que el problema no está en el soporte -la televisión, la computadora, etcétera- sino en los contenidos. Qué hacemos con la televisión o para qué usamos Internet, ésas son las verdaderas preguntas que (creo) hay que hacerse. Y si no podemos controlar los contenidos que nuestros hijos consumen en estos dispositivos, entonces sí, tal vez la mejor respuesta sea no proveérselos. Pero si logramos hacerlo, también las tecnologías abren un mundo de posibilidades. Mis hijas, por ejemplo, ya balbucean algo en inglés porque sintonizan en Youtube las tradicionales "Nursery Rhymes" (busquen Super Simple Songs, ideal para acercarlos al idioma). Sin embargo, el mismo canal trajo varios problemas en casa, cuando un video conecta azarosamente con otro y termina, después de unos minutos, en cualquier otra cosa muy distinta a la que uno había seleccionado. Y no sólo está el peligro de los contenidos para adultos. Youtube tiene un sinfín de videos de producción casera de tal abulia y nivel de (perdonen la expresión) estupidez, que uno no quiere que se conviertan en el espectáculo cotidiano de los chicos. Mirar cómo una mano sin rostro abre durante una hora huevitos Kinder para descubrir -una y otra vez- las mismas sorpresas, es difícilmente el programa creativo y didáctico que queremos que consuman nuestros hijos. Tampoco queremos que nuestras nenas busquen "Frozen" y encuentren a Elsa semidesnuda o convertida en una vampiresa de ojos rojos, como salida de un flim de terror clase B.
Estas cosas nos han pasado en casa (¡la mayor sigue aterrorizada por la Elsa-vampiro!), y por eso sigo teniendo mis dudas sobre Youtube. En realidad sólo es cuestión de quedarse junto a ellas mirando, pero la realidad nos indica que los padres difícilmente podemos estar todo el tiempo a su lado mientras miran TV: necesitamos espacios en los que confiar, para poder darles libertad a ellos y ¡a nosotros también!
Un dato: alguien me comentó que ahora existe Youtube Kids, pensado para chicos de hasta ocho años, con contenidos controlados. En realidad no es un sitio web sino una App, que se baja en tablets y celulares (posiblemente en SmartTV también). Todavía no la he utilizado, pero tampoco creo que éste pueda ser ese espacio de uso "libre" y sin necesidad de control en el que depositar plenamente nuestra confianza. Me imagino, por ejemplo, estar tranquilamente en la ducha y de pronto escuchar un "Chiqui pim pim pam" y salir corriendo semimojada a censurar lo que están viendo, porque Youtube Kids les presentó (¡oh por Dios!) a Panam. Tal vez me equivoco. Los que ya lo usan, me cuentan qué tal les va.
Cuanta verdad y qué difícil encontrar el punto medio para este tipo de cuestionamientos. Pero cada época nos pone a las mamás en distintos planteos. Yo pelié con mi hijo para que no usara mucho la computadora y hoy es el elemento de trabajo mas importante no sólo para él.
ResponderEliminarUn dato que puede ser útil... Si no querés que después de un video, el youtube pase otro video cualquiera, tenés que desactivar la opción reproducción automática (es un "botón"arriba a la derecha).
ResponderEliminarGracias por el dato! Lo pondré en práctica. Tendría que ver dónde está el botón del que hablás en la app para smart TV... pero seguramente debe haber una opción, voy a investigar. Gracias!
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